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El día que el mundo se apagó



                 Un día común y corriente sucede lo inesperado. En las noticias empiezan a co-
               municar sucesos de tormentas muy fuertes en Rusia, pero la gente no le da mu-
               cha importancia. Ese mismo día en Georgia, Estados Unidos, se forma una tor-
               menta inesperada, donde se puede observar una nube oscura de gran tamaño.
                 Las personas se sorprenden por esta gran aparición y comienzan a caer rayos
               nunca antes vistos. Eran de un color azulado y lo más extraño era que todos estos
               rayos caían en el mismo lugar, pero lo más raro fue que todo artefacto mecánico
               dejó de funcionar. Luego de unos minutos, la tormenta terminó y la gente con mu-
               cha curiosidad fue a ver dónde habían caído estos rayos.
                 Se había formado una ronda de personas alrededor, cuando de repente se co-
               menzaron a escuchar ruidos que venían por debajo de la tierra. Muchos pensaban
               que era una línea de subte que justo pasaba por ahí, pero los policías dijeron que
               no había líneas de subte en esa zona. Luego de un largo silencio, comenzó a que-
               brarse el asfalto cómo si fuese un terremoto y la multitud arrancó rápidamente a
               correr hacia sus casas. Pero no tuvieron mucho tiempo, porque había salido una
               máquina gigante del suelo, de unos 25 metros de altura. Los ciudadanos impacta-
               dos ante esta presencia, lo único que podían hacer era correr, pero lo que no sa-
               bían era que esta máquina podía desintegrar al instante a las personas.

                 Los 3 amigos, Bryan, Paul y Jacob  comenzaron a buscar recursos, ya sea co-
               mida, ropa, botiquines y armas. Como ningún medio de transporte funcionaba, tu-
               vieron que usar sus bicicletas y así poder escapar a la casa de los padres de Paul,
               que vivían en South Carolina. Luego de muchas horas de viaje, llegaron a la casa,
               pero los padres no estaban. Paul asustado pensaba que sus padres habían muer-
               to, pero luego recordó que se habían tomado unos días de vacaciones en Florida.
               Paul más calmado organizó la casa para ya quedarse a vivir ahí. En la madrugada
               de  ese  mismo  día  se  empezaron  a  escuchar  unos  ruidos  muy  fuertes.  Los  tres
               amigos se despertaron muy asustados. Pensaron que los rayos estaban cayendo
               de nuevo, pero no era otra tormenta, eran las máquinas que habían llegado al lu-
               gar donde estaban viviendo y tenían que seguir escapando. Entonces, sucedió lo
               inesperado, se habían encontrado con una de estas máquinas, estaban frente a
               frente y de repente,  aparece otra tormenta que causó que estas máquinas se apa-
               garan y así por fin dejando en paz a la humanidad.



                      Por Julian Kühlcke, Giuliano Paganini, Agustina Collado, Miranda Wassington
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