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Experimentar para aprender:
el ciclo de las mariposas
Por Nancy Marmo, maestra de 1º año de Primaria
Quienes trabajamos en la Goethe-Schule creemos que el colegio
también puede –y debe– ser un espacio de aventuras. Por eso, a
veces nos embarcamos en experiencias que nos sacan de los
libros, de las hojas y de los cuadernos como única herramienta
del conocimiento, con el fin de propiciar un aprendizaje
significativo y vivencial.
Junto a los chicos y chicas de 1ºB (Primaria) nos propusimos
aprender todo sobre el mundo de las mariposas mediante un
proceso que conjugó la teoría y la práctica. Partimos de una
pregunta: ¿qué nos interesa saber sobre el mundo de las
mariposas? Esa pregunta trajo otras tantas: ¿Qué son las
mariposas? ¿Cómo nacen? ¿Qué comen? ¿Dónde viven?
Para poder empezar a darle forma a algunas respuestas llegó a
nuestra clase una pequeña oruga que había nacido de un huevo
bajo la hoja de una asclepia, la planta de la que se alimenta y, por
lo tanto, es fundamental para su supervivencia. Lejos de darnos
miedo, la oruga se volvió una compañera cotidiana para
nosotros: la vimos recorrer de arriba abajo su planta favorita,
también la vimos dejar huellas en sus hojas con pequeños
orificios. Supimos disculparla: entendimos que quería comer.
Durante el proceso de ver a esa oruga convertirse en mariposa
aprendimos muchísimas cosas. La “etapa de oruga” –también
llamada fase larvaria– dura aproximadamente dos semanas.
Durante este tiempo, las larvas se alimentan de las hojas con la
única misión de crecer y juntar fuerzas. Al finalizar este período,
quedan suspendidas de una rama y empiezan a formar una
crisálida a su alrededor.