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La sección de
«Leer, pensar y compartir» Ana María Pórfido
¡ALTO! – ZONA FRONTERIZA
«Los gobiernos de los estados miembros del Tratado de Varsovia,
se dirigen a la Cámara Popular y al Gobierno de la RDA
con la propuesta de establecer un orden tal, que obstruya
el camino de las intrigas en contra de países socialistas y que
garantice una vigilancia segura en toda la zona de Berlín Oeste.»
Con esta declaración, el 13 de agosto de 1961, la radio de Alemania
del Este, anunciaba un objetivo muy claro: “obstruir el paso a Berlín
Este”. La Policía Fronteriza sería la encargada de establecer con
alambrados, postes y adoquines, líneas de demarcación que
separasen Berlín Oriental de Berlín Occidental.
Los ciudadanos berlineses no podrían intuir, entonces, que se
construiría un muro que los separaría durante tantos años. Un muro
que, como una herida abierta en una ciudad tan llena de vida, les
impediría el paso y no permitiría a familiares y amigos, verse o
visitarse. Queda el recuerdo que, ante tamaña injusticia, muchos
ciudadanos pagaron con su vida o con años de cárcel, infructuosas
huidas.
Ante la crisis económica de los países del este y los insistentes
reclamos populares, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA
permitió el paso hacia el oeste y ese muro agobiante e impenetrable,
comenzó a derrumbarse. Los habitantes del este, sorprendidos y muy
emocionados con el anuncio de la liberación, se abrieron paso a
través de los puestos fronterizos hacia el oeste, donde fueron
recibidos por los berlineses del oeste y pudieron abrazarse
nuevamente.
El 3 de octubre de 1990 se convalida la Reunificación de Alemania,
celebrándose a partir de ese momento el Día de la Unidad Alemana.