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Asimismo, queríamos reconocer y darle las gracias al personal de
maestranza por siempre estar dispuestos a darnos una mano
ante cualquier situación.
Y por supuesto no nos podemos olvidar de aquellas personas
que han hecho que este periodo haya sido mucho más llevadero.
Por eso mismo nos dirigimos a nuestras familias para
agradecerles su apoyo constante y su confianza en nosotros.
Ellos fueron quienes permanecieron varias noches despiertos
hasta tarde explicándonos las tablas de multiplicación,
manteniendo la calma, o por lo menos intentándolo. Nos vieron y
nos ayudaron a crecer. Fueron quienes nos apoyaron en aquellos
momentos difíciles, cuando nos veíamos perdidos, dándonos ese
empujón, haciéndonos saber que los tropezones no siempre son
caídas.
Ahora bien, durante todos estos años acumulamos experiencias,
momentos y recuerdos en cada lugar de nuestro colegio, y la
verdad es que todos ellos nos acompañarán para siempre.
Ninguno de nosotros va a olvidar el día que en primaria los
profesores se olvidaron a Sofi H. en el natatorio, las asambleas
generales hablando sobre mi robando los blocks de arte o el
tetris que creamos con los tuppers en los microondas a la hora
de calentar nuestra comida. Tampoco nos podemos olvidar de
los campamentos, las peleas que surgen en las pausas, las
innumerables ventanas que rompimos y las sensaciones de
estrés previo a los exámenes. Hay recuerdos en cada esquina de
nuestro colegio, recuerdos buenos, algunos no tan buenos, pero
recuerdos que forman parte de nuestras vidas.
En fin, estamos seguros de que todos nosotros tenemos en este
preciso momento un nudo en el estómago. Una inmensidad de
emociones corre por nuestras venas con tan solo pensar que
mañana ya somos parte de la comunidad Alumni de la Goethe.